15 de noviembre de 2012

Yo sobreviví a una clase de crossfit…


La gente normal se pone metas de ejercicios fáciles; salir a caminar tres veces por semana, meterse al gimnasio e ir, no solo pagar la mensualidad, usar las escaleras en vez del ascensor… Yo en cambio decido meterme a las clases más difíciles, seguir las rutinas más demandantes y empezar todo sola, como una ostra.

Hace unos meses empecé a oír hablar de ‘Insanity’, las palabras utilizados para describirlo fueron así como “imposible, nadie lo termina a la primera, casi me muero, lo deje botado a los tres días”, entonces después de oír eso y más yo decidí empezar a hacer la rutina (63 días de puro cardio, sudor y arratonamiento).

Casi no le dije a nadie, solo que empecé a llegar completamente adolorida al trabajo y me tenía que levantar antes de las 5am para lograr terminar ‘el workout’, poder bañarme y luego irme a trabajar.

Nunca me atrase con una clase, hasta los sábados me levante a las 5 de la madrugada para mantener la dinámica. De la gente que empezó el programa después de que yo, solo una persona logro cerrar el ciclo. Sin condición, sin experiencia y sin asesoramiento terminé; y después de un rotundo éxito volví a mi vida sin deporte y luego me fui de vacaciones por un mes, osea mi condición física volvió a su punto de partida.

Al regresar a la realidad decidí que tenía que hacer algo por la vida, o me iba a morir de un paro cardiaco en un futuro cercano
Busque gimnasios, pero ninguno se adaptaba a mis necesidades; muy pequeño, muy lejos, muy feo, no hay maes guapos… Entonces un compa me dijo “metase conmigo a crossfit!”
Lo primero que se me vino a la cabeza fue que era algo que yo había oído mencionar en algún lugar, y que era algo parecido a una tortura china en versión deportiva, entonces obviamente dije “mae FIJO!”, y me fui a las clases introductorias (lo que hace la ignorancia).

Después de la primera clase no pude caminar, ni sentarme, ni siquiera ir al baño sin sentir algún tipo de dolor por unos 5 días. Fui a la segunda clase, no fue tan terrible entonces al día siguiente decidí hacer la rutina de verdad.

Correr una milla, hacer 100 pull ups, 200 push ups y 300 sentadillas para luego correr otra milla (nunca se me va a olvidar). Cuando me explicaron lo que tenía que hacer yo solo me reí muy efusivamente y pensé “fijo a los nuevos los ponen a hacer algo diferente”, no había terminado de generar la idea cuando me dijeron que yo iba a hacer todo IGUAL que los demás; yo que en la vida había hecho un pull up, mucho menos 100, y que JAMAS había logrado correr una milla, ni 100 metros en realidad (mi vida de maratonista fue muy corta por mis rodillas de papel cebolla). 

No termine de última porque hice trampa, después de perder la cuenta de lo que iba haciendo ya no sentía ni las piernas ni los brazos. Esa segunda milla la corrí por pura inercia, porque no podía mantener los brazos arriba, y las piernas ya no me respondían, básicamente yo no valía un cinco, ni siquiera para donación de órganos hubiera servido. Eso fue un viernes, sábado y domingo no pude hacer nada, maquillarme era una misión imposible y peinarme estaba completamente fuera de mis capacidades, parecía una chiquita de tugurio seriamente arratonada.

Pero el lunes volví, y el martes, y hoy jueves (el miércoles me di un descansito, ya me lo merecía)… Hoy casi me muero, termine de ultima, casi me vomito, pero termine. Hasta me hicieron porras, con toda la vergüenza del mundo todo el gimnasio se dio cuenta que solo faltaba yo, pero termine la rutina. Sin trampas, con buenas cuentas y con un deseo increíble de caer muerta, pero lo logre.

No se cuánto me vaya a durar la fiebre, la motivación o que tanto aguante mi cuerpo, pero voy a seguir, para demostrarle al mundo que si se puede, aunque sea por un ratito. 

28 de octubre de 2012

Sigo yo?


Yo he tenido novios, en plural, no todos al mismo tiempo, sino que secuencialmente y sin necesidad de andar escondiéndome para que no me descubran in fraganti. Me puedo dar el lujo de decir “ay sí, es que mi ex bla bla bla…” y empezar una conversación, ya sea hablando maravillas del mae y recordando los buenos momentos, o validar la expresión de “todos los hombres son iguales y espero que Dios los castigue de alguna manera y pronto”.

Esto solo significa que en realidad mi personalidad no es tan terrible como yo a veces creo que es, y tampoco me veo como el Jorobado de Notre-Dame, que es como a veces me siento (toda mujer tiene esos días, que no son solo ‘bad hair days’, son ‘bad body days’, ‘bad outfit day’ o el peor ‘fuck my life day’) ya que en algún momento un hombre se fijo en mí y me aceptó (de manera temporal) con todo y mis defectos. Puede que haya todo un movimiento de gente que hable de que el amor no superficial, pero ese cuento es demasiado difícil de creer, y mucho menos para alguien que no está ni remotamente cerca de verse como una modelo. Igual, sola o acompañada la vida continúa.

Cuando decidimos irnos de viaje a Europa, obviamente le queríamos seguir los pasos a los mochileros, leyendas urbanas de personas que se pegan la fiesta y conocen el mundo con una cantidad tan limitada de dinero que dan lástima, pero que aun así postean las mejores fotos para causar envidia popular. Pero organizar ese tipo de viajes no es tan fácil, andar en metro en Europa tampoco es fácil al principio y además perderse por culpa de un mapa mal rotulado también es algo que puede pasar… Entonces mejor nos fuimos en un tour, que nos llevaría a todos los lugares bellos que siempre quisimos conocer y que estaba dentro del presupuesto estimado para el viaje.

Era obvio que no íbamos a encontrar ‘adultos jóvenes’ (así se denomina la gente que ya tiene cédula, pero que no quiere aceptar que ya es grande), y eso fue exactamente lo que paso. El tour lo hicimos con un montón de parejas, que ahora que tenían hijos grandes, nietos pequeños y mucho capital decidieron conocer el Viejo Mundo.

Ver a la parejas de gente mayor se vuelve tóxicamente tierno, la dinámica ya es tan natural que todos los demás seres humanos son ajenos a ellos y la felicidad se puede casi que tocar… Y yo ahí, pensando que estoy soltera desde tiempos inmemoriales y que no veo que eso cambie en un futuro cercano, ni lejano ni nada…

Ayer me dijeron que yo tenía que “dejar ir” esos deseos de estar en pareja (osea, que no fuera una desesperada) y que así, SOLO ASÍ  me iba a llegar el macho cabrío dominante que tanto he esperado.

No es como yo he puesto toda mi vida en pausa por estar soltera, tampoco es que he andado con todos los maes que conozco para verificar que ninguno es mi alma gemela. Primero, que aburrido sentarse a esperar, y segundo, mi capacidades de seducción dan lástima, yo creo que yo podría ser la última mujer sobre la faz de la tierra y me podría convertir en la compa mas compa de todos los hombres, porque básicamente esa es la historia de mi vida. Lo que me encantaría saber es como deja uno de lado ese sentimiento de “estar incompleto” en un mundo que aparentemente fue diseñado para vivir en pareja.

Tal vez en realidad no es tanta desesperación, es mas bien una envidia subconsciente y una frustración constante de no poder conseguir algo que aparentemente al resto del planeta le resulta tan natural… 

30 de agosto de 2012

Catarsis


Hay cosas que me encantaría gritarles a personas diferentes el día de hoy, pero que no serian muy bien aceptadas por la sociedad contemporánea, entonces las puedo escribir para un lector anónimo. Puede que las palabras lleguen a quien están originalmente dirigidas, o que este post solo me sirva como catarsis…  
  • Gracias por devolverme la fe en la humanidad por un ratito, esos detalles son los que me hacen pensar que si vale la pena levantarse en las mañanas.
  • Mae, sos un completo idiota con complejo de grandeza y de conciliador. No sos mediador ni árbitro, lo que pasa es que tenés tan poca fuerza de decisión y de opinión que tenés que depender de las ideas y decisiones de los demás para generar las propias.
  • Yo haría fiesta en ese cuerpecillo, no strings attached, right here, right now.  
  • Con ese pelo y jugas de interesante??? Mejor hablamos cuando compren espejos en su casa.
  • No es plata lo que hace falta, es voluntad.
  • Ni presta el hacha, ni corta la leña… Esto de vivir en ascuas no es vida.
  • No sé si es que yo me volví muy exigente, o que en realidad la vida te volvió demasiado aburrida.
  • Esta conversación te volvió una persona increíblemente sexy, me encanta un mae que sabe pensar, leer y hablar.
  • Si, alguna vez que un “nosotros” podría funcionar, luego me dio un poco de guacala de solo pensar en lo que podría pasar después.
  • Me encantaría devolverme un poquito en el tiempo y terminar lo que empezamos (todo sea por una buena anécdota)
  • Cuando me vaya, lo voy a hacer sin preámbulos, porque ya he hecho demasiadas escenas y no se merecen otra.
  • Si su novia cree que yo soy la competencia, debería saber que yo no lo voy a tocar ni con el palo de una escoba.
  • Aunque ya me aburrí de estar soltera, volver no es una opción.
  • Yo soy víctima de la percepción de los demás, pero las acciones de los demás son peores que todo lo que dicen los demás que yo hice.
  • Compa, haga algo por su vida, vea que ya le esta agarrando tarde, aunque no parezca.
  • Hagamos el chisme más grande, para comprobar que mi vida puede ser todavía más interesante. 


Karma police


Yo soy fiel creyente de que cuando le hablo de mis sentimientos o mis problemas a alguien, eso los vuelve más reales, tangibles, y hasta posible material de chisme porque en esta vida ya no se sabe en quien se puede confiar.

Por eso soy buena escuchando, a la mayoría de la gente más bien le gusta externar y exprimir cualquier detalle de su trágica historia, mientras yo me guardo los míos porque no se qué hacer con ellos.

Además, soy más coherente en mis monólogos justificando mis sentimientos y mi silencio… Logro ser mas analítica, consigo entender mi punto de vista sin necesidad de decodificar el de los demás, y ya después no me ahogo en un vaso de agua porque no se que significa que “alguien” no me haya contestado mi último mensaje de texto.

Estoy cansada de vivir de interpretaciones mías o propias de lo que puede significar lo que hagan los demás. Si el mae no contesta el mensaje, tal vez no sea porque se está haciendo el difícil, sino que hay problemas con la plataforma celular o solo no le dio la gana y ya. Si no quiso contestar, no hay mucho que yo pueda hacer al respecto, más que aceptar que el uso de la tecnología móvil no es su fuerte.

Pero ese es un escenario muy ‘x’, porque no hay consecuencias de vida o muerte, solo un poquito de confusión sentimental. Ahora estoy aprendiendo que afrontar todos los problemas de la vida así puede generar conflictos posteriores porque “uno nunca dijo nada”. Pero como se pueden manejar esas cosas? Si en el trabajo uno externa todo lo que piensa, se convierte en un “líder negativo, que solo ve lo malo en vez de las oportunidades de mejora”, y si no dice nada, el sistema le pasa por encima y solo queda demostrado que muchas veces, aunque se diga que se está haciendo trabajo de calidad no hay una recompensa real ni una ‘thank you card’ que valide tanto esfuerzo.  

Y si una mujer del Siglo 21 se le declara a algún mae, o lo invita a salir, o por lo menos le manda mensajes bastante claros, entonces es una necesitada que quien sabe que anda buscando y que quien sabe que le va a hacer al mae después (ese compa debería darle gracias a Dios por tanta atención…).

Entonces?? Digo lo que siento y genero controversia o me quedo callada y dejo que el karma decida el futuro según sea conveniente? 

9 de agosto de 2012

Telefono Chocho


Yo soy buena escuchando, algo que muchas personas no creerían que es una afirmación muy acertada viniendo de mi, ya que yo tiendo a cambiar de tema de conversación cada 15 segundos y con costos me acuerdo de la ropa que me puse ayer; pero si es cierto, si me gusta escuchar cuando el emisor del mensaje (refiérase a la primera clase de español que se tuvo en la escuela) es alguien que me importa, aunque el tópico a tratar sea que hoy se le olvidó ponerse desodorante.

Yo tengo una memoria y un oído muy selectivo, no es que solo oigo y recuerdo lo que me conviene, sino lo que me importa… 
Pero creo que la razón más fuerte de porque me gusta escuchar y luego dar feedback de la idea compartida es porque no me gusta hablar de mí misma, a menos de que sea una broma sarcástica de carácter condescendiente pero no rayando en la autocompasión (suena complicado pero ya es mi estilo de vida, y a veces me sale una que otra bien graciosa). Prefiero escuchar de conflictos pasionales de otras personas a discutir los míos propios.

Yo no sé como hace la gente para siquiera poner tanta emoción en un estado de Facebook: “Sintiendo que el mundo se acaba, ahora nada va a ser igual”… Mi reacción a eso es “WTF! Que putas le está pasando a esta mae por la cabeza? Lo que quiere es generar un estado de pánico entre los conocidos que lean la actualización de estado, para que unas 13 personas le pregunten qué le pasa y la intrigosa no responda nada, porque fijo lo que le pasó fue que se le acabo el rímel y no puede salir así de la casa, y si en serio quisiera hacerse algún tipo de daño no lo publicaría en Facebook (eso lo aprendí en C.S.I. y en Criminal Minds)”, y aun así siempre hay un bombeta que le da ‘like’ a la vara y pone “Amiguis tranquila, todo va a salir bien”. A mi alguien me pone ‘amiguis’ en el perfil y lo denuncio por violencia gráfica.

Si yo hablo de algo, eso lo vuelve real y me da pánico. Sea lo que sea, me da miedo. Si me va a bien, no quiero que las personas piensen que les estoy restregando en la cara mi éxito. Si me va mal, tampoco quiero lástima o que mis desgracias sean de conocimiento público. Y si es algo relacionado con el ámbito amoroso, PEOR. Yo ni siquiera sé cuando alguien está interesado en mí (como no pasa muy seguido, no es un comportamiento fácil de identificar), como diantres voy a saber que quieren decir las “señales” que todo mundo ve menos yo?!?!

La vida pasa, con o sin hablar de ella. Cuando ya yo sienta que es necesario, me pondré a hablar, pero por mientras escribo, es más entretenido y tengo derecho a editar lo que pongo. 

30 de julio de 2012

Me la deben...

He visto unas mil veces por Facebook la imagen con la frase cliché de “uno espera mucho de los demás porque estaría dispuesto a darlo todo por ellos” o una babosada así. Al principio yo pensaba que era cierto, que yo si haría, y he hecho, muchas cosas que la gente no ha querido hacer por mí; acompañarlos al doctor, celebrar un cumpleaños, hacer de niñera, prestar plata, salir cuando nadie más quiso ponerse el traje de luces… La lista de pequeños detalles podría continuar con demasiadas acciones que en realidad no marcan un hito o un cambio en la vida de nadie, pero que si generan buenas fotos de perfil; tampoco es que yo he necesitado un riñón o una transferencia de sangre, pero igual siempre me he resentido cuando la gente no me demuestra que en serio me aprecia, y luego me enojo y nadie sabe a ciencia cierta el porqué.
Lo mejor de todo es que yo quiero que me den cosas y que me demuestren cariño a mi manera, y que me lean la mente y que sepan exactamente que quiero porque muchas veces no sé como pedirlo. Pero a final de cuentas, me di cuenta que nunca nadie nos queda bien, y que sin importar cuantas cosas haga yo por lo demás, nunca van a ser suficientes, y tampoco van a generar ese sentido de “deuda” como para crear una obligación de que alguien haga algo por mí.

Siempre que alguien me dice “ay no, ese día no puedo porque tengo que bañar al perro, ya le toca”, yo siento un hueco en la panza del colerón y del dolor de sentirme abandonada y me pongo a pensar “si fuera la tierrosa que te estás ligando, yo no habría terminado de decir la frase y la estarías marcando el día en el calendario con un ‘all day event’ y dejando libres el día antes y el después, por aquello”.

No sé si yo debería sentirme bien porque siempre estoy disponible cuando la gente me necesita y soy un ente espontaneo y libre, o demasiado mal por nunca tener planes y no tener vida social a mediano y largo plazo. Yo casi nunca apunto nada en mi agenda y/o calendario, las cosas solo pasan, las aventuras se dan, los buenos momentos quedan y al final termino feliz porque todavía no he perdido el sentido del asombro y el agradecimiento por las cosas más sencillas.

Por eso yo no organizo fiestas de cumpleaños de gran escala, o actividades que demanden asistencia masiva de mis conocidos, porque sinceramente no me creo capaz de llenar la mesa reservada para 6… Llegan los que tienen que llegar, y siempre son los importan. 

17 de junio de 2012

Locura total


Dado mi fracaso en el mundo de los maratones (algo tienen mis rodillas, seguro de todas las caídas no soportaron trotar tres días por semana) decidí cambiar mi rutina deportiva. Siempre le he tenido gusto a las clases que dan en los gimnasios a pesar de que odio sentirme observada. Con el tiempo me di cuenta que todo mundo está demasiado hecho mierda como para preocuparse de cómo se ven los demás. Como ya no formo parte de un gimnasio, entonces me puse a buscar opciones de cosas que pudiera hacer en mi casa (todo sea por el ahorro y por usar las tennis carísimas que había comprado para correr maratones). 

Baje como 10 videos de Tae Bo, para darme cuenta que la calidad era más allá de terrible y que eran de un nivel súper básico, entonces uno con costos se mueve, pega tres golpes al aire y ya termino. Prueba no superada.

Seguí con la búsqueda de “el workout perfecto”. Yo había oído hablar del Insanity, y según mi investigación la vara si servía para bajar de peso y agarrar condición. Las malas lenguas decían que era difícil, por no decir que había que hacer un esfuerzo sobrehumano para lograr terminarlo; pero yo no me deje llevar por eso y lo conseguí (mis amigos los torrents me ayudaron mucho), porque el peor intento es el que no se hace.

Yo no le dije a nadie que iba a empezar el Insanity, para no tener presión social ni tener que estar rindiendo cuentas de mi pésima condición física. Además ya había estado contando mis peripecias con las carreras en la madrugada, entonces si llegaba medio cansada al trabajo no iba a hacer gran diferencia.

Antes de comenzar me puse dos metas, levantarme temprano para hacer la rutina antes de ir al trabajo (si, a las 5am, de lunes a sábado) y terminar el programa completo.

El primer día casi me muero, y era solo un “fit test”, ahí fue cuando me di cuenta que en serio yo no sabía en qué me estaba metiendo. Vi mi vida pasar frente a mis ojos (que fiestas tan increíbles me he pegado), yo creo que me llego menos oxigeno al cerebro de estar tan agitada y no poder respirar. Los primero tres días yo no podía ni subir ni bajar gradas, mucho menos ponerme de puntillas, pasaba el día pensando en mi camita, en todo el sueño que tenia y lo hecha mierda que estaba. Yo llegaba a mi casa en la noche, comía algo y me dormía más temprano que las gallinas o cualquier otro animal de granja. Pero aun así me seguía levantando de madrugada para seguir con el itinerario de 63 días de sufrimiento.

Mi pésima condición física me obligaba a seguir, porque si ahora que estoy joven y bella con costos y me muevo, no me quiero imaginar después, cuando todos los antioxidantes que intento consumir diariamente no tengan efecto y sea una viejilla amargada con historias muy graciosas.

Contra todo pronóstico, lo fui logrando poquito a poco, aunque las lagartijas no me salen, sin importar cuanto lo intente. Ya no estaba adolorida ni tenía deseos suicidas por falta de sueño, y los pantalones me empezaron a quedar flojos y los cachetes ya no son tan prominentes. Lo negativo de todo esto es que tengo pelo de escoba porque con lo que uno suda haciendo “el workout from hell” me hace imposible arreglarme el cabello como antes.

Cuando ya sentía que tenía una condición más decente, empieza el segundo mes; ya no son 45 minutos por día, sino 60. Otra vez uno siente que muere lenta y dolorosamente, y vuelven mis pensamientos de “hasta aquí me la presto Dios”, pero ya voy por el día 43, ya no lo puedo dejar botado, no me puedo permitir parar ahora que he logrado lo que mucha gente dejo botado a los primeros 15 minutos.

Yo no me pese ni me medí antes de empezar, porque esto es más un reto personal que una medida extrema para bajar de peso. Y ya solo me faltan 20 dias para lograrlo… 

2 de mayo de 2012

Especias


“Yo te amo como la carne a la sal”… Uno podría creer que ese tipo de comentario estaría es un poema para gente grande, madura, que entendería una afirmación bastante compleja para un vegetariano. Pero no, en base a esta idea se desarrollaba un cuento que mi mamá me compro para llevar al kínder cuando tenía cinco años. 

El libro lo escogí yo, porque me llamó la atención la tipografía de la portada y la ropa de la chiquita que salía (sí, yo empecé a ser así de rara a una corta edad). El libro trataba de como el papá echa a la hija de la casa cuando ella le dice “yo te amo como la carne a la sal”. El mae se sintió insultado por una observación tan profunda; las otras hijas que tenía le dijeron estupideces pensadas por air heads que no tenían ni fondo ni forma, pero aparentemente esas si las entendió.

Yo sin sal no vivo, ni como carne, pero igual TODA la demás comida tiene que tener sal, y a veces en cantidad industriales para mí. Sin sal la comida no sabe a nada, ni la carne, ni el arroz, ni el pollo, menos el pescado. Obviamente la moraleja de la historia es que no hay que asumir y que cada persona expresa sus sentimientos de manera diferente, bla bla bla…

De todos los cuentos que me leyeron, ese es uno de los que más me acuerdo, primero porque algún hijueputa carajillo me robó  el libro en el kínder y a ninguna inútil profesora le ronco ayudarme a buscarlo, y porque me quedo muy grabado que hasta en los cuentos las princesas tienen derecho a pensar diferente.

Así que yo sigo pensando diferente, a pesar de que el consejo que me dan para mejorar mi vida amorosa siempre gira en torno de “mira, es que vos pareces demasiado independiente, entonces eso es intimidante para los hombres”, “es que vos tenés una personalidad un poco fuerte, entonces eso hace creer a los maes que no necesitas a nadie”, “ay mae, es que usted no parece que quisiera un novio, entonces no creo que le llegue muy fácil”, “mae, es que usted a veces da miedo” (yo creo que ese fue el comentario más honesto de todos)… Qué tiene de malo que sea independiente? Yo no necesito un proveedor, ni un oráculo que tome mis decisiones. Sí, tengo carácter fuerte, y puedo convertirme en She Hulk a veces, pero que yo sepa, el mae también tiene derecho a enojarse cuando lo sienta necesario. Y no, no voy a andar llorando por los callejones diciendo “un novio, necesito un noviooooooooooo” ( lo he pensado) porque entonces me perdería de todo lo que está pasando a mi alrededor que no tiene como requisito estar en pareja.

No me voy a quedar sentada esperando a que a el susodicho le dé la gana aparecer, más bien me voy a ir de fiesta y de viaje, para que cuando llegue yo tenga muchas historias entretenidas que contarle. 

28 de marzo de 2012

Maratonista

Empecé a correr, o eso me digo a mi misma cada día que me tengo que levantar a las cinco de la mañana a andar por los alrededores de mi casa.

Para mi beneficio o desgracia, mi tía tiene confianza ciega en mí. Cuando dije que quería jugar baloncesto (basquetbol para los no tan polos como yo), ella me apoyó de manera ciega; fue a los partidos, me hizo porras, me dijo que no podía dejar de ir a las prácticas por sentirme medio inútil. A pesar de su apoyo yo sabía la verdad; doy asco, lástima, ganas de llorar en los deportes de grupo. No tengo coordinación, reflejos, capacidad de pensar rápido y en equipo. Admiro a la gente que logra hacer paces, interpretar la estrategia en equipo, lograr anotar un punto, encestar una canasta, meter un gol, como quieran llamarlo. Yo lo intente, pero no está en mí…

Después ella siempre dijo que las apariencias no importan, que la trascendencia de una persona no está en su exterior sino en lo que aporta y que tenemos que dar gracias que estamos completos, no quejarnos de que nuestras extremidades no se adaptan a los cánones de belleza impuestos por el mundo. Por supuesto eso lo dice una persona que pudo haber ganado un certamen de belleza, osea, toda esa hablada no cuenta…

Ahora que externe una pequeña idea, una mísera elocuencia, una necesidad de actividad física; no había terminado cuando ya me habían llevado a comprar tennis y a imprimir la rutina de acondicionamiento físico para lograr aprender a correr y tener la condición que en toda mi vida no he logrado.

La primera vez que salimos, casi me muero. Yo tenía todo mi equipo listo, pero mis pulmones no fueron mis mejores amigos, ni mis piernas ni el resto de mi cuerpo. Yo me sentí morir lentamente, perder mis fuerzas, mi equilibrio, mi capacidad de mantenerme en pie; para luego oír a un ladito “vamos, usted puede, siga adelante”… Como iba yo a dejar de intentarlo, si había una persona que estaba increíblemente segura que yo iba a sobrevivir a ese esfuerzo sobrehumano? Es peor que tener un entrenador  extremadamente estricto que exige una serie de repeticiones, con trasfondo nazi y cero deseos de que uno crezca como persona. Es tener un osito cariñosito a la par que aboga por uno, y su mejoría de condición y que cree que en un futuro cercano uno va a estar corriendo la maratón de San Francisco.

No puedo creer que yo acceda a esta tortura, aunque no vea que mejore sin importar cuantas veces la haga. Aun así, yo pienso que tal vez algún día yo pueda correr, aunque sea en una persecución, que logre salvar mi vida gracias a mi esfuerzo cardiovascular, que agarre condición y que no muera de un paro cardio-respiratorio, que le demuestre a mi tía que si se puede, aunque el mundo diga lo contrario. 

18 de marzo de 2012

Quiero Quiero Quiero

Quiero comer basándome en los colores de la comida, no en su contenido calórico.
Quiero poder disfrutar de mi reflejo, sin ponerme a buscar defectos cada vez que uso un espejo (me salió un verso sin esfuerzo)
Quiero empezar a correr para poder sobrevivir en cualquier persecución.
Quiero poder reconocer los puntos cardinales, para entender bien las direcciones sin importar quién me las dé.
Quiero poder expresar mis emociones sin sentirme culpable.
Quiero que mis berrinches sean socialmente aceptados.
Quiero aprender viajando, no en clases.
Quiero ir a la feria del agricultor en bicicleta y comprar frutas frescas todos los sábados.
Quisiera tener una bicicleta… 
Quiero aprender a pedir perdón.
Quiero empezar a hacer y cambiar por mí, no por los demás.
Quiero aprender a invertir, no a gastar.
Quiero cargar una botellita para hacer burbujas en mi bolso, y sacarla en caso de aburrimiento.
Quiero aprender a hacer helados.
Quiero conocer por lo menos un lugar exótico y diferente al mes.
Quiero trabajar en cosas que me hagan feliz.
Quiero aprender a socializar pero a la vez ignorar a los extraños.
Quiero compartir mi risa con el mundo, porque hay que en serio lo necesita.
Quiero sentarme siempre en la barra, porque ahí es donde está la acción. 

11 de marzo de 2012

Drama Queen

Yo espero que las personas me lean la mente, lo acepto. Yo me creo escenarios, coartadas, historias del porqué del accionar de mis amigos, mi familia; hombre, mujer o pescado que esté a mi alrededor. Yo me enojo y me contento sola, hago análisis profundos de lo que ocurre sin siquiera pedir opinión de las partes implicadas. Y si me mantengo enojada, espero que los involucrados sepan porque, de la nada, y que sepan cómo reaccionar para arreglar el problema que yo misma hice.


La gran mayoría de las veces entro en razón, me digo a mi misma que estoy más loca de lo que pensaba y que mejor sigo con mi vida antes de consumirme el hígado por colerones innecesarios. Otras veces sigo enojada, pero como yo tengo los sentimientos como una chiquita de 5 años, se me pasa y al final nadie se da cuenta de que yo me enojé, me le cagué en la madre y luego me calmé.

Es como cuando uno esta “texteando” y necesita una respuesta, ya sea el lancecillo de la semana o un compa que está planeando una fiesta o algo parecido, y yo necesito confirmación, una respuesta a mi pregunta, que validen el mensaje que acabo de enviar, y nada. Ahora con la tecnología existe “la confirmación de recibido”, y con Whatsapp hasta esta la “confirmación de leído”… Yo veo el leído, el recibido y nada que contesta el/la cara de nance!!! Osea, que le impide responder? De un momento a otro se le jodio el teléfono? Se cayó la red celular? Se desmayó de la emoción por toda la conversación?  Perdió el interés? Lo atropelló una moto en media calle? Y al final, el mensaje dice “OK” WTF/FML!

Si no, cuando le hacen a uno un cambio bizarro de planes, yo me imagino que si fue un mae, es que tiene una amante secreta, y si es una amiga, es porque, para variar, prefirió salir con el novio. Al final, el cambio se debió a que al mae le dio diarrea y tuvo la necesidad de confesarlo con lujo de detalles o porque a mi amiga se le había olvidado que era el cumpleaños de su primo quinto que vino de paseo y que llevaba años sin ver (aunque la mayoría de veces si me dejan botada por el novio, después cortan y yo me tengo que aguantar un mes de pura quejadera por el mae, lo que fue, lo que no fue y lo que pudo haber sido)

Tengo dos opciones, o dejo el melodrama o externo mis opiniones… No sé cuál de las dos me dará consecuencias más negativas… 

4 de marzo de 2012

Escenarios

“Es mejor haber amado y haber perdido que nunca haber amado”, “sonríe porque paso y no llores porque se acabo”, “si amas algo, déjalo libre; si vuelve a ti es tuyo, sino, nunca lo fue”, y puedo seguir enumerando miles de frases de apoyo para superar catástrofes amorosas.  Si no, están las motivacionales, “siempre hay un descocido para un zapato roto”, “todos tenemos un alma gemela”, “nunca está más oscuro que cuando va a amanecer” (esa no tiene nada que ver pero es la única que se me ocurre…) La sociedad, la familia y los compas lo hacen creer a uno que todo va a salir bien…

No existe la relación perfecta, ni siquiera cuando uno está soltero, porque al final se genera una dinámica de amor-odio, aprendemos a apreciarnos pero nos odiamos porque nadie más lo hace, entonces se puede pensar que hay algo malo con uno mismo; o estamos muy gordos, muy flacos, muy callados, muy escandalosos, muy imperfectos…

También podemos estar en una relación sin futuro, todos lo ven menos los involucrados directos, porque la gente “enamorada” no pierde la esperanza de que las cosas se arreglen. Creo que después de unas 15 rupturas, 1500 peleas, una que otra escena en público y darle miseria a todos los compas por un gran rato, deberíamos aceptar que la relación no va para ningún lado.

Existen las relaciones perfectas, a esas que les calzan todas las canciones y poemas de amor eterno, que empiezan para nunca acabar y generan envidia en todos los círculos sociales en los que se desenvuelven.

Mientras unos sufren por lo que tienen, otros lo hacen por no tener nada… Al final todavía no se cual escenario será mejor. 

18 de enero de 2012

Sepelios

A donde se irá lo que queda de la gente cuando se muere? Me niego a pensar que su espíritu, esencia, alma o lo que sea que sobreviva a la muerte se quede encerrado en una caja en un cementerio o que muera quemado cuando lo incineran.


Será que nos extrañan tanto como nosotros a ellos? Será que en los cumpleaños sienten un vacío? Qué en navidad les hace falta algo más que un regalo? Qué en las actividades familiares siempre va a quedar un espacio por llenar? Igual, puedo pensar que ellos ya no saben que es cumplir años, madrugar para ir a trabajar o bañarse con agua fría cuando se va la luz.

La gente insiste en decir que “hay un ángel más cuidándonos desde el cielo”, pero eso sinceramente no me consuela mucho, porque a veces siento que hay un ejército allá arriba y yo estoy muy sola aquí abajo. Igual también dicen “ahora está mejor, ya no sufre, ya había vivido lo suficiente”… Cómo sabemos que están mejor si ni siquiera sabemos dónde están? Y si existe un cielo, un infierno y un purgatorio, si están sufriendo en uno de esos qué? Cómo sabe uno cuando alguien vivió los suficiente? Hay una cantidad de enfermedades que padecer? Una cantidad de años que vivir? Un límite de experiencias que se pueden tener?

No sirvo para confrontar a la muerte, para dar un pésame, para ir a un funeral... El sepelio puede ser de un completo desconocido y yo igual voy a llorar como si lo hubiera conocido de toda la vida, hubiéramos sido amigos de la infancia y nos pegamos mil borracheras juntos; y si es un funeral de una persona cercana a alguien que me importa, lloro más todavía, porque quisiera poder quitarles un poquito del dolor que sienten, pero no está en mis manos que algo así pase. Y si es alguien cercano a mí, no quiero ni pensar en todo lo que duele…

Por ahora seguiré yendo a funerales, no necesariamente por la persona que nos dejó, sino más bien por los que quedamos aquí.

9 de enero de 2012

Caídas

Me caí, para ser más específicos, me despiche… La caída fue tan terrible que hasta tengo un morete en el hombre, EN EL HOMBRO! Como putas me llegue a golpear esa parte de mi cuerpo es un misterio, que no creo que se resuelva en un futuro cercano.

Siempre he tenido problemas de equilibro, yo me caigo y muy seguido. Lo mejor es que no puedo ser como la gente normal que se cae, se hace un rasponcito y cuentan la anécdota como algo súper fortuito y sin importancia; yo soy un caso especial, que cuando se cae, lo hace en serio, con testigos, esguince y sangre.

Siempre que termino en el piso, primero hago un recuento de daños (Me rompí el pantalón o alguna otra prenda? Se quebró algo que andaba en la mano? Donde aterrizó mi bolso?), luego evaluó la posición en la que estoy para rememorar el momento y ver cómo me levanto y después de eso me pongo en pie. Quiero informarle a los testigos de mis caídas que no me levanto inmediatamente porque no me gusta. No, no es que estoy lesionada físicamente, porque ya a eso me acostumbre, y tampoco es el daño emocional de la vergüenza, porque ya eso también lo supere; yo me levanto cuando ya me siento lista para volver a la realidad, seguir caminando y llegar a mi destino. Esta ultima vez un mae llegó corriendo (primer y único acto de caballerosidad real que he experimentado este año) y me levanto más rápido que inmediatamente, y yo quede ahí, en medio de la nada desubicada diciéndole mil veces que estaba bien y pensando que me había desmontado el hombro por la desesperación del compa de jalarme los brazos (será de ahí que tengo el morete?). 

Cuando cuento mi anécdota obtengo diferentes reacciones… Aparentemente en este país estar renco es un pecado, porque los que me conocen se alarman todos y los que no se me quedan viendo raro como si tuviera lepra. “Diay, que le paso?”, “Me caí”… 1. “Otra vez?” Gracias madre por el apoyo 2. “Igual usted siempre pasa en el piso” Mas motivación todavía 3. “Ahhh… A un compa le paso algo parecido y casi pierde el pie” WTF!

Quiero dejar claro y documentado que cuando uno se cae y tiene secuelas, a pesar de lo importante que pueda ser ir al doctor a revisarse, lo que en realidad se necesita es alguien que lo cuide a uno un poquito, que se ofrezca a hacer uno que otro favor, que no se enfoque en meterle miedo y en cagarme por haberme caído (osea, como yo me tire contra asfalto a propósito)…

Alianzas

Una de mis amigas se comprometió, otra se casó… Aunque las dos están súper felices, mi primera reacción fue “quién se casa a estas alturas de la vida???” Quién tiene la necesidad de invertir en un vestido que se solo se pone una vez, en una fiesta que sale carísima porque ahora TODO está carísimo y pasar estresado como seis meses haciendo todos los planes de la actividad?


Yo sé que es un momento que se quiere celebrar, que son recuerdos, que es bonito compartir con familia y amigos, bla bla bla… Eso lo sé y lo aprecio, pero igual me parece innecesario. Lamentablemente yo no crecí soñando con la boda perfecta porque nunca tuve eso entre mis expectativas (si, desde chiquitita soy así de rara) 

Creo que a mí me hizo falta ese gen matrimonial, aunque no pierdo la esperanza de encontrar esa persona que me aguante con todos mis defectos y que yo sea capaz de aguantarme los de él, porque es un trabajo de dos; todavía hay gente que cree que a ellos les tienen que aguantar todo y el otro no tiene derecho a cometer ni medio error… Esas son las relaciones que no funcionan porque la convivencia no era lo que esperaban.

Mientras a mi alrededor las embazadas y las casadas se multiplican, yo seguiré buscando a mi compañero de vida, pegándome la fiesta mientras tanto (yo no me voy a aburrir mientras al mae le ronca aparecer) y tratando de disfrutar mi soltería perenne.