La gente normal
se pone metas de ejercicios fáciles; salir a caminar tres veces por semana,
meterse al gimnasio e ir, no solo pagar la mensualidad, usar las escaleras en
vez del ascensor… Yo en cambio decido meterme a las clases más difíciles,
seguir las rutinas más demandantes y empezar todo sola, como una ostra.
Hace unos meses empecé
a oír hablar de ‘Insanity’, las palabras utilizados para describirlo fueron así
como “imposible, nadie lo termina a la primera, casi me muero, lo deje botado a
los tres días”, entonces después de oír eso y más yo decidí empezar a hacer la
rutina (63 días de puro cardio, sudor y arratonamiento).
Casi no le dije a
nadie, solo que empecé a llegar completamente adolorida al trabajo y me tenía
que levantar antes de las 5am para lograr terminar ‘el workout’, poder bañarme
y luego irme a trabajar.
Nunca me atrase
con una clase, hasta los sábados me levante a las 5 de la madrugada para
mantener la dinámica. De la gente que empezó el programa después de que yo,
solo una persona logro cerrar el ciclo. Sin condición, sin experiencia y sin asesoramiento
terminé; y después de un rotundo éxito volví a mi vida sin deporte y luego me fui
de vacaciones por un mes, osea mi condición física volvió a su punto de
partida.
Al regresar a la
realidad decidí que tenía que hacer algo por la vida, o me iba a morir de un
paro cardiaco en un futuro cercano
Busque gimnasios,
pero ninguno se adaptaba a mis necesidades; muy pequeño, muy lejos, muy feo, no
hay maes guapos… Entonces un compa me dijo “metase conmigo a crossfit!”
Lo primero que se
me vino a la cabeza fue que era algo que yo había oído mencionar en algún lugar,
y que era algo parecido a una tortura china en versión deportiva, entonces
obviamente dije “mae FIJO!”, y me fui a las clases introductorias (lo que hace
la ignorancia).
Después de la
primera clase no pude caminar, ni sentarme, ni siquiera ir al baño sin sentir algún
tipo de dolor por unos 5 días. Fui a la segunda clase, no fue tan terrible
entonces al día siguiente decidí hacer la rutina de verdad.
Correr una milla,
hacer 100 pull ups, 200 push ups y 300 sentadillas para luego correr otra milla
(nunca se me va a olvidar). Cuando me explicaron lo que tenía que hacer yo solo
me reí muy efusivamente y pensé “fijo a los nuevos los ponen a hacer algo
diferente”, no había terminado de generar la idea cuando me dijeron que yo iba
a hacer todo IGUAL que los demás; yo que en la vida había hecho un pull up,
mucho menos 100, y que JAMAS había logrado correr una milla, ni 100 metros en
realidad (mi vida de maratonista fue muy corta por mis rodillas de papel
cebolla).
No termine de última
porque hice trampa, después de perder la cuenta de lo que iba haciendo ya no sentía
ni las piernas ni los brazos. Esa segunda milla la corrí por pura inercia,
porque no podía mantener los brazos arriba, y las piernas ya no me respondían, básicamente
yo no valía un cinco, ni siquiera para donación de órganos hubiera servido. Eso
fue un viernes, sábado y domingo no pude hacer nada, maquillarme era una misión
imposible y peinarme estaba completamente fuera de mis capacidades, parecía una
chiquita de tugurio seriamente arratonada.
Pero el lunes volví,
y el martes, y hoy jueves (el miércoles me di un descansito, ya me lo merecía)…
Hoy casi me muero, termine de ultima, casi me vomito, pero termine. Hasta me
hicieron porras, con toda la vergüenza del mundo todo el gimnasio se dio cuenta
que solo faltaba yo, pero termine la rutina. Sin trampas, con buenas cuentas y
con un deseo increíble de caer muerta, pero lo logre.
No se cuánto me
vaya a durar la fiebre, la motivación o que tanto aguante mi cuerpo, pero voy a
seguir, para demostrarle al mundo que si se puede, aunque sea por un ratito.