27 de mayo de 2010

Porqué nos conformamos con menos?

Desde que yo estaba pequeñita, mi mamá me dijo que yo me merecía el hombre perfecto; que yo no tenía que hacer nada, ni para conseguirlo ni para merecerlo. Ese mae iba a aparecer, tenía que aparecer. Todas las mujeres crecimos creyendo que existía el hombre perfecto, y todavía los seguimos buscando.


Ahora que somos más grandes, lastimosamente no más maduras, seguimos esperando a nuestro príncipe azul, pero ya no solo basta que parezca que pertenece a la realeza, también tiene que pasar control de calidad. 

Que si es alto, culto, blanco, negro, con titulo, buena gente, con sentido del humor; y otras mil cualidades y posesiones que lo habilitan para ser nuestra alma gemela. Y si no califica, entonces le decimos “gracias por participar, vuelva pronto”, obviamente el mae nunca vuelve… O por lo menos si tiene un poco de dignidad no lo hace.


Y volvimos al lugar de partida… Otra vez a buscar un mae que cumpla todas las características del anterior MÁS algo que lo haga mejor que el otro que mandamos a buscar vida a otro lado. Yo llegue a la conclusión que voy a tener que empezar a trabajar en biogenética para crear ese ser humano que cumpla todos los requerimientos, porque no creo que nazca en un futuro cercano.


Después, nos vamos al otro extremo; de lagartija para arriba todo es cacería, así que vamos a sacarle el jugo a todos. Requisitos? Ser mae, y ahí murió la vara. El solo hecho de salir a la calle y entablar una conversación ya es el primer paso para el matrimonio.

Para mí, ninguno de los dos extremos es bueno, pero entonces, que hacemos para conseguir una pareja? No me refiero a conseguir marido, esposo, conyugue, amigo con derecho perpetuo, sino un compañero, un amigo…


Si exigimos mucho, nadie es lo suficientemente bueno, si aceptamos a todos, podríamos terminar saliendo con un sicario de los Cuadros de Guadalupe.


Tras de que ya la vida es complicada, el estudio (ya una maestría no es suficiente), el trabajo (lucha permanente de fuerzas para demostrar quién es el más fuerte), la familia (crítica perpetua) y las crisis existenciales (mínimo una por día, pero el glamour ante todo!), hay que luchar por tener pareja, porque estar soltera es suicidio social.


Estar feliz en una relación es un éxito, pero cuál es la necesidad de vivir pegados? Si, los dos me caen bien, pero me caen mejor por separado. Puede que cuando yo forme parte de ese selecto grupo me acusen de lo mismo, pero la pregunta sería: donde encuentro yo esa “otra parte”? porque ya pase por la época de los requisitos, FAIL, y las lagartijas, HUGE FAIL.

3 comentarios:

Rebecca dijo...

malditas lagartijas y malditos principes azules. y no creo q aunque uno lo haga biogeneticamente hablando quede bien....al final es capaz que salen medio mongolos y lo jodne a uno de nuevo

una bella ragazza dijo...

vaya que es como que nos hubieramos sentadoa tomar cafe y hubieras escrito mi conversacion y pensamientos del dia!!!! prince charming no existe y a todos les queda grande la yegua que dice por ahi.... buscarlos los ayuntan y encontrarlos los desconcierta....que sera que estamos elimanadas como en la epoca de darwin de sobrevive el mas fuerte en este caso sobrevive la mas tetona flaca y puta y el resto de muejeres de verdad kedaron eliminadas???....puntos menos a todas akellas con educacion superior y una mente propia!

Naty dijo...

el cuento de "la apariencia es de lo de menos" es la leyenda urbana mas vieja sobre la faz de la tierra