18 de enero de 2011

Platonismo

Durante toda la vida, uno siempre tiene sus amores platónicos. En la escuela, con el profesor de educación física, el mae medio tipillo, atlético y buena gente (cuando me acuerdo de mi profesor, ahora me doy cuenta que el mae era un poco feo, y que además era simpático porque trabajaba con un poco de chiquitas que lo idolatraban), en el cole el compañero popular, fiestero y “chico malo” (típica fantasía adolescente) o el mejor amigo, que es súper especial, detallista, medio agraciado (en mi caso también resulto ser gay). En la u, volvemos con a fantasear con el profesor, pero ya es intelectual, con empresa propia, y anécdotas de éxito (además de esposa e hijos, el paquete completo). 

También tenemos otras opciones, como el entrenador de gimnasio (osea, ya el mae tiene el cuerpo perfecto, que mas se puede pedir?), el jefe sexy (hay algunas con mucha suerte), el compañero de trabajo que parece modelo (no es lo mismo que el jefe, porque un hombre con poder es diez veces mas sexy que un simple mortal), el hermano de una amiga (el mae heredó la parte genéticamente bonita de la familia)… Cada una tiene una lista diferente, a la cual se le agregan actores, modelos, presentadores de tele; entre otros.

Ya después, cuando uno ser humano común y corriente intenta demostrar algún tipo de interés por uno, el pobre hombre (si es que aparece en algún momento) tiene que combatir con todo un ejercito de machos ideales, además del ex novio perfecto que lo hizo a uno mierda y también con la figura paterna (estoy aplica solo para aquellas que tiene una relación muy cercana con el papá)… Y luego nos sorprende que el 50% de las relaciones no funcionen…

2 comentarios:

Eder dijo...

Hell yeah!!! :(

Diana Torres dijo...

Jajajaja está sola Naty, bueniiisimo