4 de julio de 2010

La verdad no peca pero incomoda

Según ciertos hechos vividos la semana anterior, aparentemente es de mala educación decir la verdad en la cara (o por mensajes, messenger, correo… Cualquier medio de comunicación en general). Los que me conocen, saben que ser sensible y/o tener tacto al decir las cosas no es mi fuerte. En realidad, es porque me sale natural, porque no veo nada de malo en compartir una opinión, por mas equivocada que sea; por algo las ideas son dinámicas y cambiantes, uno puede reivindicarse. Además de que no veo razón para ocultar la verdad a alguien; “ese color no le va”, “no, no me gusta”, “si, esta horrible”, “mae, apretas feo” (si, ya lo he dicho pero en otras palabras). Y también es que yo hablo sin pensar, muchas veces ya es demasiado tarde como para devolverse en el tiempo y borrar ese comentario que creíamos súper gracioso pero resulto ser todo lo contrario.


Hay cosas que no se dicen, pero hay otras que hay que compartir por obligación. Como asuntos de trabajo, porque en teoría estamos buscando un bien común. Que unos logren desempeñarse mejor que otros no es culpa de nadie, sino más bien defecto de fábrica. Quiero agregar que aprender a usar Office, a leer bien correos y hacer el trabajo de una manera aceptable ya es obligación de todos, y si no puede, ya es pura estupidez. También hay que pronunciarse si una compa se quiere teñir el pelo verde, tatuarse la cara o casarse con un primo.

Antes de pasar por idiota, prefiero que me corrijan, yo sé que no lo voy a tomar de la mejor manera, pero a largo plazo lo voy a agradecer. Aquí la gente prefiere pasar por ignorante antes de pedir ayuda.

No hay comentarios: