18 de enero de 2012

Sepelios

A donde se irá lo que queda de la gente cuando se muere? Me niego a pensar que su espíritu, esencia, alma o lo que sea que sobreviva a la muerte se quede encerrado en una caja en un cementerio o que muera quemado cuando lo incineran.


Será que nos extrañan tanto como nosotros a ellos? Será que en los cumpleaños sienten un vacío? Qué en navidad les hace falta algo más que un regalo? Qué en las actividades familiares siempre va a quedar un espacio por llenar? Igual, puedo pensar que ellos ya no saben que es cumplir años, madrugar para ir a trabajar o bañarse con agua fría cuando se va la luz.

La gente insiste en decir que “hay un ángel más cuidándonos desde el cielo”, pero eso sinceramente no me consuela mucho, porque a veces siento que hay un ejército allá arriba y yo estoy muy sola aquí abajo. Igual también dicen “ahora está mejor, ya no sufre, ya había vivido lo suficiente”… Cómo sabemos que están mejor si ni siquiera sabemos dónde están? Y si existe un cielo, un infierno y un purgatorio, si están sufriendo en uno de esos qué? Cómo sabe uno cuando alguien vivió los suficiente? Hay una cantidad de enfermedades que padecer? Una cantidad de años que vivir? Un límite de experiencias que se pueden tener?

No sirvo para confrontar a la muerte, para dar un pésame, para ir a un funeral... El sepelio puede ser de un completo desconocido y yo igual voy a llorar como si lo hubiera conocido de toda la vida, hubiéramos sido amigos de la infancia y nos pegamos mil borracheras juntos; y si es un funeral de una persona cercana a alguien que me importa, lloro más todavía, porque quisiera poder quitarles un poquito del dolor que sienten, pero no está en mis manos que algo así pase. Y si es alguien cercano a mí, no quiero ni pensar en todo lo que duele…

Por ahora seguiré yendo a funerales, no necesariamente por la persona que nos dejó, sino más bien por los que quedamos aquí.

9 de enero de 2012

Caídas

Me caí, para ser más específicos, me despiche… La caída fue tan terrible que hasta tengo un morete en el hombre, EN EL HOMBRO! Como putas me llegue a golpear esa parte de mi cuerpo es un misterio, que no creo que se resuelva en un futuro cercano.

Siempre he tenido problemas de equilibro, yo me caigo y muy seguido. Lo mejor es que no puedo ser como la gente normal que se cae, se hace un rasponcito y cuentan la anécdota como algo súper fortuito y sin importancia; yo soy un caso especial, que cuando se cae, lo hace en serio, con testigos, esguince y sangre.

Siempre que termino en el piso, primero hago un recuento de daños (Me rompí el pantalón o alguna otra prenda? Se quebró algo que andaba en la mano? Donde aterrizó mi bolso?), luego evaluó la posición en la que estoy para rememorar el momento y ver cómo me levanto y después de eso me pongo en pie. Quiero informarle a los testigos de mis caídas que no me levanto inmediatamente porque no me gusta. No, no es que estoy lesionada físicamente, porque ya a eso me acostumbre, y tampoco es el daño emocional de la vergüenza, porque ya eso también lo supere; yo me levanto cuando ya me siento lista para volver a la realidad, seguir caminando y llegar a mi destino. Esta ultima vez un mae llegó corriendo (primer y único acto de caballerosidad real que he experimentado este año) y me levanto más rápido que inmediatamente, y yo quede ahí, en medio de la nada desubicada diciéndole mil veces que estaba bien y pensando que me había desmontado el hombro por la desesperación del compa de jalarme los brazos (será de ahí que tengo el morete?). 

Cuando cuento mi anécdota obtengo diferentes reacciones… Aparentemente en este país estar renco es un pecado, porque los que me conocen se alarman todos y los que no se me quedan viendo raro como si tuviera lepra. “Diay, que le paso?”, “Me caí”… 1. “Otra vez?” Gracias madre por el apoyo 2. “Igual usted siempre pasa en el piso” Mas motivación todavía 3. “Ahhh… A un compa le paso algo parecido y casi pierde el pie” WTF!

Quiero dejar claro y documentado que cuando uno se cae y tiene secuelas, a pesar de lo importante que pueda ser ir al doctor a revisarse, lo que en realidad se necesita es alguien que lo cuide a uno un poquito, que se ofrezca a hacer uno que otro favor, que no se enfoque en meterle miedo y en cagarme por haberme caído (osea, como yo me tire contra asfalto a propósito)…

Alianzas

Una de mis amigas se comprometió, otra se casó… Aunque las dos están súper felices, mi primera reacción fue “quién se casa a estas alturas de la vida???” Quién tiene la necesidad de invertir en un vestido que se solo se pone una vez, en una fiesta que sale carísima porque ahora TODO está carísimo y pasar estresado como seis meses haciendo todos los planes de la actividad?


Yo sé que es un momento que se quiere celebrar, que son recuerdos, que es bonito compartir con familia y amigos, bla bla bla… Eso lo sé y lo aprecio, pero igual me parece innecesario. Lamentablemente yo no crecí soñando con la boda perfecta porque nunca tuve eso entre mis expectativas (si, desde chiquitita soy así de rara) 

Creo que a mí me hizo falta ese gen matrimonial, aunque no pierdo la esperanza de encontrar esa persona que me aguante con todos mis defectos y que yo sea capaz de aguantarme los de él, porque es un trabajo de dos; todavía hay gente que cree que a ellos les tienen que aguantar todo y el otro no tiene derecho a cometer ni medio error… Esas son las relaciones que no funcionan porque la convivencia no era lo que esperaban.

Mientras a mi alrededor las embazadas y las casadas se multiplican, yo seguiré buscando a mi compañero de vida, pegándome la fiesta mientras tanto (yo no me voy a aburrir mientras al mae le ronca aparecer) y tratando de disfrutar mi soltería perenne.