25 de septiembre de 2011

Universos Paralelos

Yo debería escribir libros de ficción, podría escribir novelas junto con Corín Tellado y crear nuevos personajes para que Thalía y Lucero consigan ser famosas en su segunda juventud. Podría generar una trama basada en una canción de Ricardo Montaner y que sea interpretada por modelos venezolanas que no sepan actuar… Hasta podría ser escritora invitada en un episodio de La Pensión, y generar un momento de suspenso por los descuentos en Importadora Monge; todo eso y más porque yo vivo en un universo paralelo y creo miles de historia para justificar y/o entender los actos de los demás.

Si en el brete me dicen “necesito hablar con vos”, me imagino que se dieron que averiguaron que me robe esas mil servilletas de la cafetería, que al final se dieron cuenta que fui yo la que regó ese fresco encima de ese teclado, que me fui 10 minutos antes para que no me dejara el bus o porque otra vez me van a obligar a pasarme de cuenta… Al final es porque necesitan ayuda con algo o porque me quieren pedir que haga un cambio en un archivo o algo así.

Si mi mamá me llama, me imagino una muerte trágica en la familia, un incendio destructor en mi casa, una crisis de dimensiones épicas o una cagada porque se me olvido pagar los recibos. Al final, es para decirme que deje las llaves…

Y si pasa algo con un mae es mil veces peor, porque me imagino que fue culpa del alcohol, o que me confundió con alguien más, o que perdió una apuesta, que se le metió un demonio o que voy a salir en una cámara escondida. Si me sigue contactando, me da pánico que se vuelva algo serio, porque no estoy preparada; y si no me contacta, lo justifico diciendo que se le murió el celular, que bloqueo la cuenta en FB, que no tiene mi Twitter o que se le murió el perro. Cuando me pasa la etapa de necesidad de contacto, le pido a Dios que fuera por diarrea crónica, o porque sea el perro que tenga diarrea crónica o porque lo secuestraron para robarle las corneas, y me dan un chichón depender de un pinche mensaje (me enojo tanto que mejor busco vida social, y al final conozco otro mae, en el mejor de los casos, y es todo un circulo vicioso).
Lo mejor es cuando comparto mis teorías de conspiración con algún compa y la respuesta es así como “uy si, mi mama solo me llama para darme malas noticias”, “mae, mi jefe solo habla conmigo para darme cagadas por irme temprano”, “un mae que hace eso es porque FIJO quiere con usted”, “ah sí, yo oí que anda un virus de diarrea entre los perros del barrio”… Nadie me ayuda a aterrizar en la realidad, a ver que no todo en esta vida es un drama de tan grandes dimensiones.

Yo necesito que me digan las cosas como son, no como yo la veo, porque ya la confusión es demasiada y la ansiedad de saber me está matando.

5 de septiembre de 2011

Masoquismo

Soy evasiva… Evado pláticas profundas y controversiales para no herir sentimientos (cuando es con alguien que me importa, sino me vale), evado despedidas y funerales, evado espejos, evado peleas de pareja (tengo un serio trauma, siento que por todo me van a dejar botada… Ah, sí es cierto, ESO YA ME PASÓ), evado preguntas a las que no quiero respuesta, y evado pesarme sobre todas la cosas. Odio esa balanza que solo trae malas noticias, esa máquina del demonio que logra bajar la autoestima en menos de 14 segundos, que me echa en cara mi falta de disciplina y mi gusto excesivo por los chocolates… Por eso no quiero tener que hacer el cambio de rutina en el gym.

El solo hecho de sacar la cita me hace pensar en el terrible momento en el que tengo que enfrentar la estúpida pesa, la realidad y la cagada del entrenador; por eso lo he venido dejando de lado por más de dos semanas. O es que tengo que salir corriendo porque me están esperando, o es que tenía una tarea de la u, o estaba muy cansada para quedarme a averiguar cuando había campo. Todas las razones las he utilizado, pero yo creo que ya me mandaron una señal de que ya me toca, mi entrenador me escondió el programa viejo!!!! El maldito se atrevió a dejárselo en no sabemos dónde, entonces ya no puedo hacer nada, porque jamás en la vida iba yo a gastar neuronas en aprendérmelo, ya es suficiente parida tener que hacerlo por lo menos tres veces por semana. Entonces Natalia decidió seguir su vida fitness a puras clasecitas de cardio…

La primera clase de Cardio Boxing no fue tan terrible, al principio, hasta que llego un momento en donde deje de sentir parte de mi brazo y me preocupe un poco por mi salud; pero sobreviví. Después, siguiendo mis instintos y a falta de programa, me meto a la clase de Abdominales, ABDOMINALES, en qué momento yo decidí hacer semejante estupidez, no sé; fue la media hora más larga de mi vida, y pase arratonada casi tres días, y eso que ni hice la mitad de la clase. No quiero imaginarme que hubiera pasado si la hago completa. Y hoy decido ir a Cardio Boxing otra vez, en mi ingenuidad pensé “ya lo hice, sobreviví, para agarrar condición, voy a ir otra vez” OTRA VEZ??? En que putas estaba pensando cuando tome semejante decisión, no sé. A la clase ha llegado la Tae-Bo Nazi, no hay otra manera de describirla, con solo decir que la introducción fue “yo no paro para tomar agua” WTF. La mae es de esas que se le para a uno a la par y dice “más fuerte, más alto, más rápido, usted puede”. Yo la vuelvo a ver con cara de loca y solo pienso “esta flaquenca hedionda que se cree? Uno aquí sudando la gota gorda y esta idiota criticando”, y le pego más fuerte, más alto y más rápido porque sino jamás se iría a criticar a otro atleta en desgracia.

Cincuenta minutos después, la nazi da por terminada la clase, yo vuelvo a respirar como un ser humano normal y decido venirme en taxi a mi casa, porque me lo merezco, me lo gane gota a gota, y porque me muero de hambre, no puedo aguantar más, y llego casi muerta a comerme un tazón de ensalada (sí, me comí un montón de lechuga, gracias)…

Y aun así, voy a volver, a la clase de Adbominales, a Cardio Boxing, a Baile, a lo que sea, porque al final de cuentas soy masoquista y me sigo repitiendo a mí misma “esta si la voy a aguantar”.

4 de septiembre de 2011

Protocolo relacional


Ok, digamos que logramos algo de acción, alguien hizo la “movida Coca Cola” y le salió bien, nos alejamos un poco del celibato emocional en el que estábamos, y después que? 

Se supone que uno debe demostrar interés, pero no desesperación. Entonces, como vivimos en el mundo de las contradicciones, donde las mujeres luchamos por equidad pero tenemos la concepción medieval de una relación, hay que esperar a que el mae nos llame. O no? O qué se hace? Si uno llama, queda como una desesperada y necesitada, eliminando cualquier tipo de futuro amoroso y volvemos al punto de partida. Si uno no llama, es una desinteresada que jugó con los sentimientos del mae, que lo utilizó para divertirse y luego desapareció (obvio que nunca es culpa de ellos, ellos son las víctimas de la situación). Entonces que se hace, uno llama y corta para quedar como en el medio de las dos opciones? Y luego vemos lo mismo, pero ya dentro de la relación, que si le mando mensajes, que si por Facebook, que si mejor lo llamo, que no sabemos dónde está y ni por Twitter aparece… Mae, es demasiada tecnología para hacer un rastreo 24/7 de la vara, que tan cansado. 

Y ahora, en nuestro planeta de vida sexual liberal, ya yo no sé cómo interpretar demostraciones de cariño. Mi radar emocional esta chueco desde que nací, entonces yo no sé cuándo es que hay “algo” entre otro ser humano y yo. Entonces, si uno se pega los besillos, hay que darle importancia? Si es un one night stand con un conocido, hay futuro? Y si es con un desconocido, uno es intrépido o promiscuo? Entonces, me vuelvo a preguntar, hay que prestarlo desde la primera cita? Porque aparentemente ese es el protocolo. Osea, ni siquiera le conozco los hábitos de higiene al compa y ya tengo que ir a meterme a no sabemos dónde a hacer no sabemos qué. Pero si no lo hago, entonces soy una mojigata frígida que no quiere tener vida sexual. Entonces, en qué quedamos?? 

Es demasiada la confusión, y con la edad las cosas se ponen peor, porque ya uno tiene más filtros, más criterios para escoger a su pareja, más experiencia de vida, más expectativas. Y entonces, que se hace? Necesito que alguien me ilumine, me grafique el protocolo que se debe seguir.

Time line

Esta es la historia de cómo se me convirtió el corazón en un cementito (gracias a Mariela por la comparación hecha desde hace años… )
  1. Conocer al mae “X”.
  2. Empezar a hablar con “X”, reconocimiento como ‘buena gente’.
  3. “X” invita a salir a Natalia (WTF, de donde vino eso?)
  4. Salir con “X”, el peor intento es el que no se hace.
  5. Aceptar que la salida no estuvo tan mal como había pensado (mierda, esta vara me agarro desprevenida)
  6. Seguir saliendo con “X” (peor es nada, igual vamos por buen camino)
  7. “Y nosotros que somos? Como la tengo que presentar a mis amigos?” me pregunta “X” (Demasiado susto que sea EL quien quiera saber) “Diay, que quiere que seamos?” (mae, que es esa respuesta??? Lo mejor de todo es que así se lo dije, jajajajaja)
  8. Natalia tiene novio (esa no es una frase que se oiga todos los días)
  9. Y pasa lo que tiene que pasar, se habla de lo que se tiene que hablar, se aprovecha de lo que se tiene que aprovechar.
  10. Nuevos descubrimientos salen a la luz: 1. Los compas de “X” son cavernícolas alcohólicos 2. “X” es más liberal de lo creído 3. Yo necesitaba más atención de lo que pensaba (hasta me dolió escribir eso)
  11. Contra todo pronóstico, nos dicen que hacemos bonita pareja.
  12. Y sobrevivimos la marca de los seis meses…
  13. Y de la nada, no sobrevivimos la del año…
  14. “X” decide cortar relaciones solo porque si, “si te quiero, pero es mejor que ya no estemos juntos”. OK, otra vez, WTF, de donde vino eso????
  15. Natalia se convierte en emo alcohólico por un tiempo prudencial (que feo la gente así)
  16. Después de superar el luto, Natalia supera la ruptura y queda dañada de por vida.

1 de septiembre de 2011

Engañazón

Creo que todos hemos tenido parejas que nos han intentado cambiar nuestra forma de vestir, de comer, de hablar, de socializar (que cansado, y aun así andamos diciendo que son nuestra alma gemela)… Hay unos que lo hacen más evidente; tipo novio psicótico posesivo que cree que por usar un cuello en V uno le anda enseñando sus encantos a medio mundo, o la novia dependiente que le tiene autorización al mae de salir solo con la mamá porque todas las demás mujeres del planeta son competencia. También está él que le quiere cambiar a uno el estilo (un poco de fashion nunca está de más, pero a veces el acoso es demasiado), o el que le regula los amigos, o las salidas en familia (“es que preferís estar con ellos que conmigo”, ay mae que cansado, busque vida), y el que manda indirectas para ir al gym o hacer dieta, porque ya ese dicho de “pasad@ de ric@” no aplica.

Es cierto que un poco de asesoría nunca está de más, y que siempre es bueno tener un ojo crítico, pero ya hay gente que se pasa y creen que el “amor” les da derecho a decidir por uno y crear una versión mejorada de su pareja.

Muchas de esas relaciones no llegan muy largo, porque una de las partes se hostina de tener que perder su personalidad para ganar puntos, y al final cada uno sigue su camino, manteniendo su estilo, sus amigos y su paz mental. Aun así, uno se acuerda de esa persona que intento llegar al subconsciente y generar una adecuación del comportamiento para su beneficio.

A veces, cuando me pongo una de esas blusas girly y fashion, me acuerdo del mae que siempre me echaba indirectas de que me podía vestir mejor (ahora lo hago por gusto y porque lo disfruto, antes mi uniforme era de tennis, camiseta y jeans) O cuando ando en modo fitness, me pongo a pensar en el que siempre me pedía que “me cuidara mas”… Esos maes querían ver una versión mejorada de mi, y al final no paso porque no llegamos a nada. Ahora me pongo a analizar que en su momento tolere esos comentarios, pero ahora, sabiendo que quiero y como lo quiero, creo que yo ni me hubiera fijado en ellos, o hubiera sabido de inmediato que no eran para mi, que nunca íbamos a llegar muy largo y que abriera los ojos a la realidad (uno joven e impetuoso no nota esas señales que da la vida).

La gente no cambia, se adapta. Crea escudos para sobrellevar sus problemas y sus realidades, adapta comportamientos para agradar a los demás, finge gustos para calzar en su grupo social. Lo mejor sería evolucionar, ser esa versión mejorada de sí mismo por y para uno, no por otra persona que muy posiblemente ni siquiera se lo merezca.