28 de diciembre de 2010

2011

Todos los años, los 25 de Diciembre, la familia por parte de mi papá se reúne.

Nos vemos sin necesidad de funerales o cumpleaños de por medio. Aunque no lleguemos todos, por lo menos logramos hablar un rato y ver a todos los sobrinos nuevos; hay un montón que no reconozco, y otro montón que tampoco me conocen a mi. Lamentablemente, creo que un día de estos se me va a salir el típico comentario “yo lo conocí cuando estaba así (movimiento/señal con las manos) de chiquitito”, y en ese instante me voy a sentir anciana, y odiada por los niños del mundo, porque yo siempre odie a esas señoras que me decían “Que grande que esta!!!!”. Yo por dentro solo pensaba “mae, la vi hace 4 años, OBVIO que voy a verme diferente”.

Este año, para no cambiar la rutina, nos vimos las caras el 25 otra vez; pero este año, a pesar de las risas de siempre, las bromas usuales (sin importar cuantos años tenga uno, SIEMPRE le echan en cara que es el menor) y el tamal de rigor (estoy a dieta y me comí ese tamal con unas ganas increíbles), nos tuvimos que acordar que tenemos dos primos, no uno, DOS, que tienen cáncer. No es solo la persona que lucha y sufre por la enfermedad, es toda la familia…

Después de hablar, preguntar como están, entender el diagnóstico; es tan difícil imaginárselos afectados por la quimioterapia y los medicamentos, sabiendo que el año pasado estábamos cagados de risa, recordando las fiestas familiares.

Hasta ese momento entendí en carne propia que hay que disfrutar cada momento, que eso del “carpe diem” es en serio, que un día estamos y que otro ya no…

Puede que no este enamorada de mi trabajo, que no paguen por respirar, que no me gane el gordo navideño, y no tengo el novio que me gustaría (y que me merezco, jajaja), pero ya voy a dejar de lado el “emo mood” y voy a empezar a hacer en vez de solo decir.

Si quiero ir al gimnasio, voy a ir, no voy a hablar de eso como por dos meses y nunca ir. Si quiero clases de fotografía, voy a ahorrar y voy a ir, no voy a seguir insistiendo en que quiero aprender, pero que no tengo ni plata ni tiempo. Me voy a poner a mi misma como prioridad, eso es lo que me hace falta, y ese va a ser mi propósito de año nuevo, todo lo demás vendrá por añadidura.

24 de diciembre de 2010

Navidad?

Hoy es navidad, me lo tengo que repetir varias veces porque todavía no me lo creo. Debido a la naturaleza de mi trabajo, yo no veo la diferencia entre un día cualquiera de Mayo y el 24 de Diciembre, tampoco sé lo que es Semana Santa, Día de la madre o del padre; aquí se trabaja todos los días, las 24 horas…

No me molesta, porque es el trabajo que me da de comer, que paga el cable, la u y el celular, el alquiler y los zapatos que me compro de vez en cuando; pero el cambio es bueno, aunque sea para aprender cosas nuevas y salir de la rutina.

La realidad es que hoy es navidad y me siento emo, y no es por esos correos que han mandado mil veces de “navidad sin ti”, sino porque más bien estoy rodeada de gente y aún así me siento sola, y aburrida, y atrapada en una realidad, que por mas vueltas que le doy, no he encontrado una manera de cambiarla.

Sigo ahí, con mi dieta, mi régimen alimenticio que me recomienda no comer tamales; los cuales ni me gustan tanto, pero ahora que sé que no debo comer, tengo un antojo horrible. Yo comía cuando los hacia mi abuela, ella dejo de hacer y yo deje de comer, porque ninguno me sabe tan rico, pero igual siento una necesidad increíble de conseguir uno, bañarlo en Salsa Lizano y comerlo con aguadulce. Esa dieta es lo único positivo que he logrado mantener en este año, el próximo tengo que buscar clases aunque sea para pintar cerámica, porque ya no puedo seguir en esta miseria y quejadera perpetua.

A veces siento que es porque no estoy trabajando en mi vocación, pero después me pongo a pensar, cual es mi vocación? Yo nunca fui de esos chiquitos, que desde pequeños dibujaban súper bonito, o que cantaban a más o poder, o jugaban futbol apenas empezaron a caminar. Mis test vocacionales siempre me daban empate en todas las aéreas, como para confundirme más y dejarme con ganas de saber que estudiar…

Para esta navidad pido un año nuevo de verdad, una actitud nueva para lo este por venir, un nuevo orden en mi desorden, un mejor carácter, muchas lagrimas, pero de risa, de alegría. Creo que hay q reinventarse cada año para sobrevivir, porque si me esperan otros 25 años, o 10 o 15, no quiero que cada fin de año me pase lo mismo.

20 de diciembre de 2010

Año nuevo…

Vamos a usar la frase cliché de siempre, “ya pasó un año, que rápido!!!”

Siempre decimos lo mismo cada vez que tenemos que cambiar el calendario. En Diciembre nos damos cuenta que todos los propósitos que hicimos no se hicieron realidad. No, no bajamos de peso, ni nos metimos a aprender otro idioma o a clases de baile. Tampoco dejamos a ese mae que todo mundo dice que es malo para nosotras, ni superamos el miedo al rechazo diciéndole a ese “alguien” que queremos ser algo más que compas.

Yo no creo mucho en los propósitos de Año Nuevo, lo que no paso en todo un año no va a pasar por obra y gracia del Espíritu Santo en Enero. Si quiero aprender a bailar tango, hacer aeróbicos o hablar alemán, lo voy a hacer cuando tenga la plata y las ganas para hacerlo, no en media cuesta de Enero, cuando para lo único que tengo plata es para los pases y una ida a Palmares.
O está la típica persona desesperada, que dice que este año si consigue novio. O sea, entonces FIJO en Enero se hace cirugía plástica y empieza con psicólogo para hacerse un extreme makeover, porque hay cosas que ni el Año Nuevo puede cambiar.


Si me voy a imponer un cambio, que sea pequeñito; comprar menos postres durante la semana, comer más ensalada, subir escaleras, reciclar… Seamos realistas, no quiero dejar de comprar zapatos ni ropa, me gusta expresarme con mi lenguaje soez y vivo en mi desorden ordenado. Lo que uno necesita aprender es a apreciarse más, quererse más, para luego empezar a mejorar.

14 de diciembre de 2010

25 cosas que me ha enseñado la vida...

  1. El coche bomba irlandés y el tequila no se deben mezclar bajo ninguna circunstancia.
  2. Todos los call centers son iguales.
  3. Cumplir años no es malo, parecer más viejo de la cuenta si lo es.
  4. Dios trabaja en maneras muy misteriosas, y nunca vamos a ser capaces de entenderlo completamente.
  5. Madre no es la que engendra.
  6. Los buenos amigos se cuentan con los dedos de la mano.
  7. La gente NO cambia.
  8. Si no me acuerdo, no paso.
  9. La vida hay que documentarla lo mejor posible.
  10. Los detalles son importantes.
  11. El 90% de las veces, uno se enamora de la persona equivocada.
  12. La familia no se escoge, pero es demasiado especial como para querer haber nacido en otro lado.
  13. Viajar es la mejor escuela.
  14. La gente hipócrita sobra, la honesta y directa es una especie en extinción.
  15. Tener “algo” con gente del trabajo no es positivo.
  16. La ortografía y la gramática son MUY importantes, y los que creen que no lo son, es porque no saben escribir.
  17. Los traumas de la escuela y el colegio nos pueden ayudar a ser mejores personas o cagarse en nosotros para siempre.
  18. Sin educación no somos nadie.
  19. Cuando perdemos a un ser querido es cuando nos damos cuenta de cuanto valía.
  20. La costumbre puede mas que el amor.
  21. Todos tenemos problemas, cada uno los enfrenta diferente.
  22. En la vida, uno debe disfrutar de un buen polvo, un buen libro y un buen novio.
  23. Estar casado no significa estar feliz.
  24. Aunque trabajamos por dinero, un gracias no esta de más.
  25. No se le dice no a una buena fiesta.
Feliz cumpleaños a mi!!!!!!

8 de diciembre de 2010

No son horas, son años…


Ya se acerca mi cumpleaños, falta menos de una semana. En todo lado lo he anunciado menos en el blog, eso es un crimen. Mi cuenta regresiva es famosa, porque empieza como seis meses antes de mi natalicio, pero por lo menos así a menos gente se le olvida (Igual, a todo mundo se le olvida, pero el peor intento es el que no se hace). Yo no celebro cumplir años, celebro mi cumpleaños, celebro estar aquí este año… Así que no importa si son 15, 20 o 49, hay que celebrar que tengo un año más de vida y uno menos que vivir.

Cuando yo estaba en la escuela, siempre celebraba mi cumpleaños con mi familia, en esa fecha no había clases ni ninguna excusa para ver a mis compañeros. Igual, al ser hija única y con vecinos muy cariñosos, siempre me daban cosas y yo era feliz. A esas edades todos los regalos son buenos, aunque sea para despedazarlos. Como anécdota, quiero contar que mi primer queque de cumpleaños tenia forma de pato, porqué, no sé, pero era casi de mi tamaño y solo lo conocí por fotos.

En el cole, como yo era el patito feo (a lo mejor ahí esta la relación con el queque), nunca tuve grandes celebraciones, ni fiestas de muerte y destrucción ni nada por el estilo, porque igualmente estaba de vacaciones, sin celular ni correo electrónico; o sea, aislada del mundo. Ahí fue cuando se puso complicado lo de los regalos, porque empecé con mi problema de que nada me gusta (tras de que nadie me daba nada, las pocas personas que pensaban en darme un detallito, me daban algo que no me gustaba, ahí aumenta mi trauma).

Cuando empecé a trabajar, veía como gente que celebraba cumpleaños invitaba como 200 personas y todas llegaban, entonces yo comencé a creer que yo también necesitaba hacer fiestas inmensas para sentirme feliz conmigo misma. Como siempre, yo invitaba a todo el mundo y nadie llegaba, y la fiesta de 100 personas pasaba a ser de 5, incluyendo al mesero. Eso tampoco colaboro mucho con la causa.

Después de todos estos traumas, y de ver que no todos los que llegan a esas fiestas son amigos, sino más bien conocidos en busca de una excusa para tomar, no me afecta tanto que no lleguen las 100 personas a la fiesta, o que me den un regalo que no era lo que esperaba… Que lleguen los que tengan que llegar, los que si pudieron sacar el tiempo o que al final no tenían nada que hacer en esa fecha. Si me gustaría hacer fiestas inmensas, y que todos me llevaran un regalo, pero aparentemente eso no estaba designado para mí a estas alturas de la vida.